El lado activo del Infinito

El lado activo del Infinito

Por Andrés García

Este es el título de uno de los libros que me ha ofrecido mayor claridad, en torno al sentido de nuestra existencia. Su autor, Carlos Castaneda - antropólogo y escritor peruano, nacionalizado en los Estados Unidos, de línea nahualista - especialista en creencias chamánicas mesoamericanas, afirmaba que las personas poseemos una doble estructura energética, en una de las cuales registramos un comportamiento animal conforme al espíritu con el que nacemos. Quizá de allí la explicación de por qué algunos (as), poseen la visión del gavilán, el olfato del lobo, el oído del ocelote o emplean su condición felina como herramienta de seducción. Expresiones como “Se le salió el tigre”, “Abrazo de oso” o “Es como una fiera” ratifican el sentido de sus afirmaciones.

Castaneda aseguraba además en su obra que los seres humanos nos enfrentamos a una dualidad permanente, frente a la cual debemos tomar opción: Vivir en el lado inactivo o en el lado activo del infinito. El primero se resume en que, pese a que sabemos que vamos a morir, nos comportamos como si no fuera así. Basta con mirar alrededor. La inminente guerra entre Ucrania y Rusia, la pobreza multidimensional en Colombia, la desigualdad social, el “todo vale”, son algunos ejemplos. El tener reemplazó el ser, el ego ocupó un lugar preponderante siendo casi indolentes frente a la necesidad del otro, olvidando que todos somos ramas del mismo árbol: Humanidad. El análisis antropológico del autor va más allá de su estudio sobre el comportamiento humano y se adentra en sustentar el por qué del cinismo social que observamos en el lado inactivo del infinito.

El segundo, en mi opinión el que en realidad vale la pena considerar, el lado activo del Infinito (The Active Side Of Infinity, 1998) plantea: “Para los chamanes no hay cavilaciones ni preguntas. Saben que todo lo que tienen es la posibilidad de unirse con el infinito. La visión de la muerte es la visión que produce más sobriedad, en comparación al embriagante estado de una vida física”. Los chamanes de México tienen una manera distinta de entender el Universo. Poseedores de un sistema cognitivo diverso, sostienen que cada especie, cada animal, interpreta su entorno únicamente por medio de los sentidos. Vivir desde el lado activo de nuestra verdadera naturaleza, conscientes de que todo en este mundo físico es transitorio, podría cambiar nuestra conducta egoísta frente al planeta, frente al otro, frente a la carrera por el tener, desplazar el ego y expandir en cada acto nuestra energía infinita: el amor. 

Ver para creer ha sido lo usual, cuando deberíamos comenzar a creer para ver. Creer en un mundo mejor, en un país mejor, en un estar mejor, en que todos debemos apoyarnos bajo el entendido de que somos físicamente finitos y en esencia infinitos. La pregunta entonces que nos corresponde hacernos, es: ¿Cómo puedo sumar en ese propósito? ¡Llegó la hora de expandir nuestras alas y volar unidos como especie!

(Los conceptos emitidos no comprometen la posición de la RAP Eje Cafetero, entidad de la cual soy su Director de Comunicaciones).

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