Fuera Petro

Fuera Petro

El común denominador de las marchas realizadas en las capitales del país, el pasado miércoles 6 de marzo, fue el aumento significativo de participantes. Y no podía ser para menos. A medida que avanza el mandato Petro, el descontento suma día a día más personas desengañadas con el peor de los mandatarios de todos los tiempos. 

Cansados los colombianos de la corrupción administrativa, votaron por el candidato Petro quien, desde el Senado, su voz tronaba denunciando los atropellos y negociados, sin que la pésima alcaldía por él desempeñada en Bogotá impidiera lo que para las gentes sensatas era un imposible moral, que un exguerrillero de la criminal organización M-19, responsable del holocausto del Palacio de Justicia, prestara juramento como Presidente Constitucional. 

Ya juramentado, y sin la careta engañabobos con la que convenció a un número mayoritario de ciudadanos, dio rienda suelta a su formación delincuencial, desconociendo la Constitución que juró cumplir y atropellando el ejercicio del poder y a las instituciones, sorprendiendo día tras día con un nuevo escándalo, el cual resulta peor que el anterior. 

Claramente está ya demostrado el aporte de 500 millones hecho por Fecode a la campaña “Petro Presidente”, incurriendo en grave delito, pues no está permitida la donación de estas entidades a campañas políticas, a más de que dicho aporte entregado a Dagoberto Quiroga, como representante legal de la “Colombia Humana”, no fue registrado en los libros de contabilidad, como tampoco lo fueron los 600 millones de la Unión Sindical Obrera, de la industria del petróleo (USO), y cuya acta, firmada por Luis Hernando Álvarez, presidente de la Vigésima Asamblea Nacional de Delegados USO, indica que fueron solicitados para reforzar la segunda vuelta, específicamente para el día de elecciones, evidenciándose el voto afirmativo de 79 asambleístas y ninguno en contra. 

Aun prosperando la investigación en contra de la campaña “Petro Presidente”, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no tiene dientes. No puede suspenderlo ni destituirlo. Solo podría sancionar o decretar multas contra el “Pacto Histórico” su partido. 

Habría que tener en cuenta precedentes como las investigaciones contra el expresidente Juan Manuel Santos o el excandidato Oscar Iván Zuluaga por el escándalo de Odebrecht y el supuesto ingreso de dineros a sus campañas. Ambos terminaron archivados y los magistrados que los investigaban, se encuentran hoy desempeñando altos cargos públicos. El CNE es un órgano político, conformado por candidatos postulados por los partidos, siendo hoy integrado por magistrados cercanos a Petro. 

Los nuevos nombramientos de Laura Sarabia, en el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), de Gustavo Bolívar como director del Departamento de Prosperidad Social (DPR), de Alexander López como director de Planeación Nacional y de Armando Benedetti como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son una violenta bofetada a la tradición de respeto y seriedad que el país ha mantenido frente al nombramiento de personas en tan altos cargos de representación oficial. 

Sarabia, investigada por la desaparición de dos maletas llenas de dinero. Bolívar, nombrado en un cargo cuyo salario total son 26 millones ochocientos cuarenta mil pesos, después de haber renunciado como senador con 43 millones 448 mil pesos, aduciendo que no le alcanzaban. Alexander López en Planeación, cargo eminentemente técnico que requiere de exigentes conocimientos en números pues coordina, diseña y apoya los planes de políticas públicas y de presupuesto de los recursos de inversión, sobre los cuales fue categórico en afirmar para la prensa, que nada, absolutamente nada de esto conoce, y el nombramiento de Benedetti, quien, de diplomático nada tiene y menos de conocer el idioma en que debe desempeñar su misión, para la cual, la única exigencia es la de mantener la boca cerrada para no hablar de los 15 mil millones con que amenazó a Petro, siendo embajador ante Venezuela, indican el grado de IRRESPONSABILIDAD, con mayúsculas, de un Presidente que como Petro, tampoco nada sabe de administración pública y sí mucho de transgredir la ley y de “pasársela por la faja”. 

Ante tan asombrosa realidad, solo nos queda gritar: “Fuera Petro”, y si es del caso, marchar hacia la Casa de Nariño y a empellones, expulsar al adicto a la cafeína. 

Alberto Zuluaga Trujillo. 
Alzutru45@hotmail.com

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