Quiero ser diplomático

 Como en la intimidad de un confesionario, varios colombianos van al despacho del ministro de Relaciones Exteriores o al del presidente, para motivar sus deseos de ser diplomáticos, unos como cónsules y otros como embajadores. Las razones son variadas, desde reencuentros familiares, pasando por anhelos de servicio y otros como refugio económico o político. En algunos casos, estos aspirantes no tienen a su haber ni el requisito mínimo, el de dominar un segundo idioma.

Hoy en la Cancillería de Colombia, se abre un debate, por el nombramiento de Armando Benedetti como jefe de la misión diplomática ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La discordia empieza con el sindicato de ese ministerio, quien cuestiona la pobre formación como diplomático del señor Benedetti, puesto a prueba en la Embajada de Caracas Venezuela, quien salió de allí con bajas calificaciones. De igual forma no maneja el inglés, lengua fundamental para desenvolverse con las comitivas de otros países en Roma, en donde está ubicada su sede de trabajo. El desconocimiento del designado en temas de agricultura y, por último, el costo de abrir esta embajada que estuvo cerrada por varias décadas, parece un despropósito en momentos de austeridad.

Nada de estos argumentos técnicos detuvo el nombramiento que se hizo, cristalizado sin la pompa y el despliegue periodístico en el recinto de la Embajada en Roma, posesión alejada por supuesto de los reflectores de la opinión pública colombiana, sin duda, para evitar el alud de preguntas sobre el verdadero papel que va a cumplir en ese destacado diplomático; así como, aludir al fallo que acaba de promulgar la Corte Suprema de Justicia, contra dos ex senadores en el caso del Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo FONADE, y en donde es mencionado y vinculado Benedetti; Para finalizar la lista de posibles interrogantes, la lejanía le facilita no enfrentar las afirmaciones que hizo sobre la campaña del Pacto Histórico, en donde comentó sobre la recepción de dineros por fuera de la contabilidad que presentaron al Consejo Nacional Electoral, en definitiva tantos temas controversiales parece ser el motivo para haber huido de Colombia.

P.D. La toma del Palacio de Justicia por parte de la banda terrorista del M 19, se efectuó hace 39 años. Hoy como en esa época, unas turbas de manifestantes sitiaron el Palacio de Justicia, la convocatoria a las marchas salió desde el Palacio de Nariño, supuestamente para defender la institucionalidad, ante rumores de un golpe de Estado blando, ahora que la Fiscalía investiga a familiares, amigos y aliados políticos del presidente, por el manejo de dineros no claros que sirvieron para su elección.