Escuchando la alarma

Esta semana se llevó a cabo en Colombia, un simulacro para atender posibles situaciones de movimientos telúricos. La tarea de concientización busca que la ciudadanía se movilice a sitios de encuentro pactados con anterioridad, con el objeto de resguardarse y ayudarse mutuamente para atender el insuceso al cual estamos expuestos, por el comportamiento de las placas teutónicas de nuestro globo terráqueo.

La movilización de los empleados y usuarios de las edificaciones en el centro de Pereira se contabilizó por miles, quienes acudieron a su sitio de encuentro guiados por los brigadistas. Como la Plaza Cívica Ciudad Victoria y la Plaza de Bolívar, lugares en donde se concentraron las personas después de escuchar la alarma.

Este proceso de cultura ciudadana, debe continuar en práctica, con la reinducción en oficinas y hogares, como una tarea de conciencia del cuidado de la vida. Es con la persistencia y constancia en estas tareas las que permitirá preservar a salvo la comunidad. Igual sucede con el control en la calidad de las construcciones, que deben estar fundadas bajo estudios de sismo resistencia, aminorando con estas prácticas los daños colaterales de una mala estructura.

La prueba la pasó el país que atendió en varias ciudades el llamado al simulacro. Esto significa que, como esta prueba de civismo, se pueden implementar otras buenas costumbres colectivas, como el respeto a las normas de tránsito, el reciclaje y la buena disposición de los residuos sólidos, el trabajo comunitario para laborar por el sector en donde se vive. La prueba de fuego de los gobernantes que se eligen en un territorio, es trascender en el tiempo, al dejar un legado que vive en la memoria de sus conciudadanos, o sino quien no recuerda la cultura ciudadana de Antanas Mockus, o el Transmilenio de Enrique Peñalosa o la construcción de ciudad Victoria de Martha Elena Bedoya.

P.D. El drama de la migración sigue haciendo de las suyas, cuando marca de por vida la historia personal de un ser humano, quien se atreve a enfrentarse a los más grandes retos de viaje para llegar a un destino. Un ejemplo doloroso del tema es ver caminando por la manigua del Tapón del Darién a miles de personas, quienes buscan el sueño estadounidense, para colmar sus necesidades laborales y así atender los requerimientos de sus familias. Gran tarea el de los gobernantes de todos los países que están en esta cadena de migración, tratando de buscar soluciones a los miles de problemas por la alta afluencia de caminantes y especial las causas que las están originando.