¿QUÉ PASO CON “AVE DE CARROÑA”?

¿QUÉ PASO CON “AVE DE CARROÑA”?

Twitter @linamariaarango
Lina María Arango D
Asesora en gobernanza, transparencia y construcción de paz

¿QUÉ PASO CON “AVE DE CARROÑA”?

“Yo es que sigo sin entender para donde se le fue el discurso a Lina Arango, pasó de ser “la mariposa verde” a “ave carroñera”. Esto escribió la docente de la Universidad Tecnológica de Pereira, Margarita Calle en mi red social Facebook, como reacción a una crítica que hice en el 2022 sobre el machismo de izquierda que rodea a Gustavo Petro.

Como lo describí en su momento, “durante tres años seguidos y después de haber sido candidata a la gobernación de Risaralda y al senado, asumí en silencio y sin red de apoyo, cientos de comentarios descalificantes y agresivos en redes sociales, no sólo de quienes me querían fuera y lejos de la política regional, sino de personas cercanas. “Ave carroñera” fue la gota que rebosó la copa, no sólo por la carga ofensiva, sino por el contexto. No conozco a la docente, pero en su calidad de profesora de una Universidad Pública consideré importante analizar este caso no solo por el impacto y el ejemplo que da a sus estudiantes, si no por el silencio e incoherencia de quienes observaron, apoyaron y vieron el post sin cuestionar la ofensa.

La violencia verbal, simbólica y sicológica en contextos políticos es uno de los costos a asumir cuando se toma la decisión de participar electoralmente y opinar públicamente; sin embargo, en mi experiencia fue la violencia pasiva y verbal de las mismas mujeres y de sectores alternativos las que más impacto emocional me causaron. Mi posición política de no apoyar a Gustavo Petro me permitió comprender, muy a mi pesar, que las luchas por los derechos de las mujeres son también obstaculizados por razones de fanatismo ideológico y cálculos electoreros. El feminismo les llega, hasta que la persona agresora es ideológicamente cercana y la agredida es una mujer de otros sectores políticos.

Ha pasado un año desde que tomé la decisión de denunciar uno de mis casos de violencia política. Decidí interponer la denuncia en los canales virtuales que desde varias entidades invitan a activar: la Fiscalía, la Procuraduría, la Oficia de Control Disciplinario de la Universidad Tecnológica de Pereira, la Defensoría y la plataforma pilas con el voto de la Misión de Observación Electoral. La motivación que me llevó a denunciar fue constatar personalmente, las barreras que tienen las mujeres políticas a la hora de abordar sus casos de violencia y en este caso en particular, de violencia verbal, sicológica y virtual.

La fiscalía cerró el caso rápidamente. Habría sido raro que una agresión verbal a una mujer política fuera tomada seriamente por esta entidad. Sin embargo mi interés se concentró en verificar las acciones que tanto la Procuraduría, como la UTP tomarían para llamar la atención a la docente universitaria. Hasta hoy y a pesar de mis derechos de petición y seguimiento, el proceso está parado al punto que desde la Procuraduría me invitaron a interponer la queja nuevamente en su sistema. Sería la tercera vez que lo hago. Realmente es desgastante y no creo que continúe. Ya constaté que la ruta es deficiente.

PD – Una disculpa pública y un café por parte de la docente habría sido suficiente para mí.

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