A responder con dignidad

A responder con dignidad
Alberto Zuluaga Trujillo.

En nuestra columna del pasado 7 de agosto expresamos: “Difícil momento viven los cafeteros y la agremiación que los agrupa. Más temprano que tarde, el actual Gerente tendrá que salir, pues se hace insostenible su continuidad”. Y si bien esto es cierto, la pelea emprendida por el presidente Petro, encaminada a que el gremio más poderoso del país nombre un gerente a su gusto y medida, no puede ser servida en bandeja de plata.

Si el gerente anterior, Roberto Vélez Vallejo, ante la renuncia solicitada por el presidente Petro, decidió dar el paso al costado para ahorrarle a la Federación un torpe enfrentamiento con el Gobierno, que toma asiento en las decisiones del máximo rector de la caficultura colombiana, con los ministros de Hacienda, Agricultura, Comercio y Director de Planeación Nacional, no es menos cierto que la Federación Nacional de Cafeteros es una entidad privada sin ánimo de lucro, creada con el propósito de asegurar el bienestar de los productores de café a través de una organización gremial, democrática y representativa, que merece el total respeto de las instituciones del Estado, incluido el propio Presidente de la República. 

El mismo día que el Comité Nacional de Cafeteros se reunía con los representantes del Gobierno en Bogotá, en un ambiente de claro entendimiento en busca de soluciones a la crisis del sector, en Pitalito Huila, el Presidente hacía lo propio con caficultores de la región, y en términos desobligantes, cuestionaba la legitimidad de sus dirigentes en la tierra de donde es oriundo Germán Alberto Bahamón, actual gerente del gremio. 

Petro, desconociendo la legitimidad de su nombramiento por el 91 Congreso Nacional y ante el cual el elegido se comprometió a avanzar en crecimiento y rentabilidad, renovación de cultivos y fortalecimiento tecnológico, desde su llegada ha estado imponiendo una necesaria y fuerte reestructuración, con miras a hacer de ella una organización empresarial acorde con las exigencias del momento. 

El primer mandatario asegura que, con su nombramiento, se cercenó la democracia al interior del gremio, cuando sucedió todo lo contrario, pues fue elegido por unanimidad, siendo, además, el gremio más democrático en el mecanismo de selección de sus directivas. 

Las pasadas elecciones, enmarcadas en principios de transparencia, legitimidad, representatividad y empoderamiento del caficultor federado, alcanzaron una participación del 57% del censo electoral cafetero, calificadas por la Misión de Observación Electoral (MOE) como el proceso democrático gremial más grande del país, alcanzando un guarismo muy superior al registrado en las elecciones presidenciales por Petro, quien obtuvo el 50.47%. 

No respetar el proceso selectivo del gerente de una entidad privada que desde su fundación en 1927 ha mantenido un estrecho vínculo con el gobierno, por el solo hecho de no gustarle el elegido, pone sobre la mesa el talante de un gobernante soberbio y prepotente, quien no mide consecuencias y amenaza con poner fin a la administración del Fondo Nacional del Café que tiene vigencia hasta el 2026, para forzar la renuncia del Gerente de la Federación. 

La búsqueda de la sindéresis dentro del Gobierno es una tarea urgente. Cuando Petro habla de la necesidad de un “acuerdo nacional” es inentendible su postura frente al sector primario más importante de nuestra economía como lo es el café, que cobija a 548.000 familias que dependen de él. 

Amenazar con quitarle a la Federación la administración del Fondo, creado mediante el Decreto 2078 del 22 de noviembre de 1940, no deja de ser un chantaje vulgar en represalia por no haber logrado imponer el títere que satisficiera su ego. 

El objetivo prioritario del Fondo es contribuir a maximizar el ingreso del productor de café, siendo un aporte que realizan los productores para obtener beneficios colectivos, contribuyendo con 6 centavos de dólar por cada libra de café exportado, 1.08 para el tostado, 0.48 para el soluble y 0.36 centavos de dólar para extracto de café. 

Si bien, no estamos en las épocas de los grandes líderes cafeteros como don Pedro Uribe Mejía, don Leonidas Londoño Londoño, don Manuel Mejía Jaramillo o más recientemente el abogado Mario Gómez Estrada, es hora, como un homenaje a estos grandes batalladores y en defensa de la dignidad que por siempre ha acompañado a este gremio hacedor de patria, rodear sin esguinces al actual gerente y decirle al Presidente que la elección de Germán Bahamón fue un acto respaldado por sus ministros de Hacienda y Agricultura, presentes en el Congreso, al que las bases cafeteras respaldan en la seguridad de haber actuado con absoluta transparencia.

Alberto Zuluaga Trujillo. 
Alzutru45@hotmail.com

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