Ser delincuente paga

Ser delincuente paga

 Nunca antes se tuvo la certeza, como ahora, que ser delincuente paga. Los hechos concretados bajo este Gobierno del “cambio” así lo atestiguan. La ley 2272 de 2022, facultó al Presidente de la República para avanzar en procesos de diálogos de paz con organizaciones con estatus político, al igual que adelantar conversaciones exploratorias con estructuras armadas de crimen de alto impacto. Con su sanción, se prorroga la ley 418 de 1997 o Ley de Orden Público, la que Petro ha denominado de “Paz Total”. 

De manera simultánea el Gobierno estructuró dos proyectos direccionados a la construcción de paz en los territorios, cuyos nombres son casi idénticos pero con estrategias distintas. El programa de “voceros de paz” está enfocado a otorgar la libertad condicional de los jóvenes señalados de cometer delitos en el marco de las protestas, y la iniciativa de los “jóvenes gestores de paz” busca otorgar subsidios de hasta un millón de pesos a 100 mil de estos que quieran estudiar. 

Con los voceros de paz, el Gobierno pretende liberar a los jóvenes encarcelados de la “Primera Línea” responsables de los actos vandálicos que destruyeron bienes públicos y privados en cuantía no inferior a 11 billones de pesos, 45 personas muertas, 129 desaparecidas y 1.065 ciudadanos lesionados durante las protestas del 2021, las más violentas registradas en toda la historia colombiana. 

Ahora, en su gira por Alemania, nos hizo sentir vergüenza ajena, al lamentar la caída del muro de Berlín, cuya demolición posibilitó la reunificación alemana, simbolizando con ello el fin de la Guerra Fría y la construcción de un nuevo orden mundial, que el mundo aplaudió. 

Desde allí, nos sorprendió con el anuncio de crear un fondo con aportes internacionales para financiar al ELN mientras se lleva a cabo el proceso de paz. Sostener a unos criminales que han hecho del secuestro y la extorsión la más lucrativa empresa económica, y cuyas arcas, unas encaletadas, otras, en paraísos fiscales, llenas con miles y miles de millones, es un despropósito solo entendible en el cerebro de un enajenado mental que busca a toda costa premiar el delito, en cuya actividad ha estado inmerso la mayor parte de su existencia. 

La dolorosa pesadilla del secuestro ha regresado con todas sus implicaciones, pues según cifras del Sistema de Información de la Policía Nacional, entre el primero de enero y el 31 de mayo, fueron retenidas 172 personas, superándose la cifra récord del 2012, cuando en los primeros cinco meses de ese año se realizaron 146 secuestros, en su inmensa mayoría extorsivos. 

Más allá de la operatividad del fondo multidonante, está de por medio las sanciones a personas o gobiernos que hagan aportes a grupos que aparezcan en listas de terroristas, como es el caso del ELN, clasificado por Estados Unidos y la Comunidad Europea. 

En su visita a España, Petro solicitó al presidente Pedro Sánchez su apoyo, para que los “elenos” fueran eliminados de ese listado. Uno de los grandes lunares del “Acuerdo de Paz” con las Farc, ha sido el incumplimiento en la entrega de bienes inventariados para reparar a las víctimas, pues del billón de pesos que presentó en 2017 solo ha entregado 42.680 millones de pesos, un 4% de lo pactado. 

Contrasta el ofrecimiento al ELN con el rechazo categórico de Otty Patiño, su compañero de armas en el M-19 y actualmente jefe negociador del Gobierno en las conversaciones de paz con esa guerrilla. 

Las marchas realizadas en los últimos días, le dejó al país y en especial al Gobierno un claro mensaje; el pueblo no está contento con Petro. La del 7 de junio liderada por las centrales obreras, docentes y empleados públicos, según registros de la policía del régimen, contó con cerca de 20 mil manifestantes, lo que animó al mandatario que acompañó la marcha en Bogotá a dirigirse a los colombianos diciendo: “Tenemos una inmensa movilización popular, no solo en Bogotá sino en toda Colombia. Lo necesitaba. Aquí demostramos que el Gobierno está con el pueblo, que el pueblo quiere las reformas. Este es un mensaje al país, al Congreso para que sin tardanza las apruebe”. 

A los 13 días, el 20 de junio, la oposición se tomó las calles del país con la “Marcha de las mayorías”, como se denominó esta jornada de protestas, reuniendo cerca de 92 mil manifestantes, según lo expresado por la misma policía, superando en casi 5 veces a la de respaldo al Gobierno, en la que el común denominador fue pedir la salida del presidente. ¿Qué ha dicho el mandatario? “Que si las elecciones fueran mañana, nuevamente ganaría”.

Alberto Zuluaga Trujillo 

alzutru45@hotmail.com

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