El turismo petrificado

El turismo petrificado

 La industria del turismo, la que Petro anunció en campaña y ratificó una vez posesionado que tendría todo su apoyo, al ser los dólares que reemplazarían a los sacrificados por su absurda determinación de suspender la búsqueda de nuevos yacimientos petrolíferos, acabando de un todo con la política de hidrocarburos, sufrió una estocada certera al elevar nuevamente el IVA del 5 al 19 % en los tiquetes aéreos. 

La medida asumida por el anterior gobierno y calificada como sensata y oportuna, reactivó dicho sector duramente castigado por la pandemia, volviendo de nuevo a ser golpeado con la quiebra de dos aerolíneas de bajo costo que, en el corto plazo de tres meses, debieron cerrar operaciones ante situaciones derivadas de la reforma tributaria y la subida de otros insumos vitales como el alto reajuste de los combustibles, la disparada de la inflación y un repunte del 23.08% del dólar en los últimos meses, originada por la conjunción de algunos factores externos e internos en el plano económico y político, elevando la depreciación del peso en 26.90% y situándose al término del 2022 como la segunda moneda más devaluada de la región. 

El incremento del precio del combustible a nivel mundial se sitúa en un 20 a 30%, cuando en Colombia, por efecto de la devaluación, representa un aumento entre 45 y 50%, impactando la estructura financiera de las aerolíneas. 

Es de resaltar que el esquema de costos de la operación aérea está en su mayor parte dolarizado, pues, a más del combustible, lo están también los altos valores del alquiler de las aeronaves y los costos de servicios en aeropuertos nacionales e internacionales. 

La reducción del IVA del 19 al 5% generó un mayor acceso de la población a este servicio, convirtiéndonos en el único país de la región en aplicar dicha política y en el primero en recuperar sus pasajeros de prepandemia. 

El momento por el que pasamos es crítico en todos los aspectos, debiéndose generar millones de empleos directos e indirectos para bajar la tasa de desempleo que hoy llega al 13%. 

El fortalecimiento del sector educativo, el avance en la equidad de género, la concertación con el sector privado y la transformación de la estructura productiva, son los desafíos a impulsar, si de verdad queremos disminuir el desempleo, estrategias que no vemos bajo este Gobierno, empecinado en destruir y no corregir sobre lo construido. 

Según los economistas, el remedio sencillo para enfrentar el desempleo es el crecimiento. 

Y para crecer, se hace necesario proteger y no destruir el aparato productivo del país, fortaleciendo nuestras empresas y evitando el cierre de las mismas, permitiendo a nuestra empresa de petróleo Ecopetrol, (la segunda más grande de Latinoamérica y una de las 14 mejores empresas petroleras del mundo) lo que sabe hacer con eficiencia y conocimiento; explorar, descubrir y delimitar acumulaciones de hidrocarburos comercialmente viables. 

Si bien el turismo es un renglón importantísimo y nuestro país concentra inigualables bellezas a conocer por el mundo, mucho nos falta para ser siquiera competitivos en este inmenso mercado que requiere de una sólida infraestructura que aun no tenemos y que muchísimo cuesta, razón de más para valorar la imprescindible continuidad de Ecopetrol como empresa petrolera, que el año pasado obtuvo utilidades netas por $33.4 billones, ingresos por $159.5 billones, una producción de 709.5 barriles por día y transferencias a la Nación por un monto superior a los 42 billones de pesos. 

En más de una ocasión hemos dicho en esta columna que debemos ser conscientes del dramático cambio climático, razón para ir ajustando de manera gradual la reducción de las emisiones producidas por la quema de combustibles fósiles, en el que Colombia, de un listado de 184 países contaminantes, apenas ocupamos el puesto 137 del ranking por emisiones de CO2, menos del 1%. 

El bajonazo en el turismo, ocasionado por la errática política de este Gobierno, ha impactado de manera drástica la llegada de turistas a San Andrés, afectando sensiblemente su economía que de ella depende, pues la reducción en el número de vuelos se ha reducido en un 70%, hecho que debe obligar al Gobierno a volver sobre el IVA del 5%, que rescate de la hecatombe el turismo en la Isla, a más de impedir que vuelva con más ímpetu el deseo separatista, al sentir el poco o nulo apoyo en momentos de inmensa angustia como el que hoy viven sus moradores. 

Ante esta realidad, la decisión de Petro, a más de absurda, es un atentado mayúsculo contra los intereses económicos del país. 

Alberto Zuluaga Trujillo 
alzutru45@hotmail.com

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