Renuncia indebida

Renuncia indebida

 Pensando tema para la columna de hoy que no fuese más Petro, así obligue a su permanente referencia por su actuar, que implica y compromete nuestro futuro como nación, recordé la celebración del 90° Congreso Nacional Cafetero, celebrado entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre de 2022 en Bogotá, en la que en el último día, ya para finalizar, presentó su renuncia como gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, el pereirano Roberto Vélez Vallejo. 

Sin querer queriendo, toca una vez más hablar del presidente Petro, pues su renuncia le fue pedida telefónicamente por la Jefe de Gabinete de Palacio, Laura Sarabia, quien le dijo que el primer mandatario quería que se iniciara un proceso de elección de nuevo gerente. 

Es de anotar que la Federación Nacional de Cafeteros es una entidad gremial de carácter privado, conformada por 540.000 familias cafeteras, que por delegación, maneja el Fondo Nacional del Café, cuyos recursos son dineros parafiscales que se generan por el tributo pagado por los cafeteros, razón para que su manejo se haya concertado tradicionalmente entre la entidad gremial y el gobierno. 

La decisión fue sorpresiva, no solo para el gremio más importante y poderoso de nuestra economía, sino para el país en general que ese día de la renuncia pudo constatar su brillante gestión, al confirmarse que el sector cafetero es un motor clave para las finanzas nacionales, pues de octubre de 2021 a septiembre de 2022, el valor de la cosecha alcanzó un record de 14.5 billones de pesos, más de 3.000 millones de dólares. 

A la luz de las atribuciones constitucionales, la solicitud de renuncia a las cabezas de los gremios privados es una intromisión indebida del Presidente de la República, como indebida fue a nuestro parecer, la renuncia ofrecida por el Gerente. 

Que lo hizo para facilitar una relación armónica entre la entidad gremial y el Gobierno, es una posición de hidalguía y buenas maneras, pero entregarle en bandeja de plata la dirección de un gremio privado que reúne a más de medio millón de familias y que ha puesto a Colombia como el tercer país productor del grano, después de Brasil y Vietnam, para ser manejado con un desconocimiento absoluto de lo que es y lo que representa, como lo estamos viendo con ministerios y entidades estatales en este Gobierno, no tiene presentación alguna. 

En el Comité Nacional toman asiento, de un lado, cuatro representantes del gobierno; los Ministros de Hacienda, Agricultura, Comercio Exterior y el director de Planeación Nacional y del otro, un representante de cada uno de los 15 departamentos cafeteros, elegidos por cada Comité Departamental. 

Próximo a cumplirse un mes de su renuncia, no ha sido convocado aun el Congreso Extraordinario de los Cafeteros para la designación del nuevo gerente, a sabiendas de que se avecinan tiempos difíciles para la caficultura en razón de la ola invernal, el envejecimiento de los cafetales, los altos costos de los insumos, especialmente de los fertilizantes y la escasez de la mano de obra, agravada con la pandemia. 

La destinación de nuevos recursos por parte del Fondo Nacional Cafetero para la renovación de las plantaciones, es una necesidad inaplazable ante la urgencia de contar con cafetales jóvenes, tecnificados, rentables y productivos. 

La producción en 2022 fue de 11.1 millones de sacos de café de 60 kilos, un 12% menos de los 12.6 millones producidos en 2021. 

Según la FNC en diciembre la producción cayó a 981.000 sacos, un 29% menos ante los 1.4 millones producidos durante el mismo mes de 2021. 

De ahí la urgencia de nombrar una cabeza, que con preparación, conocimiento del sector y alejado de todo malsano resentimiento, continúe el valioso legado dejado por Vélez Vallejo. 

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) prevé que las existencias mundiales de café al final de la temporada 2022/23 aumenten en 1.5 millones de sacos, para terminar en 34.1 millones. 

A este panorama, nada alentador para nuestra caficultura, se suma la incertidumbre de quién será finalmente el encargado de orientar el principal gremio exportador del país. 

Las tensas relaciones entre el Gobierno y los empresarios cobran ya las renuncias en Fasecolda, Asobancaria y Camacol, que se suman ahora a la de los cafeteros. 

En la celebración de los Congresos Cafeteros, ha sido tradición que el Presidente de la República clausure sus sesiones, no así en el desarrollo del 90° Congreso en el que con anterioridad se le pidió la renuncia a Vélez Vallejo, pues el gremio se quedó esperando a Petro, quien nunca llegó delegando su cierre en la ministra de Agricultura, Cecilia López y el Director del Dapre, Mauricio Lizcano. 

Como siempre, Petro no dio la cara. 

Alberto Zuluaga Trujillo. 
Alzutru45@hotmail.com 

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