Hemos perdido el norte

Hemos perdido el norte

Dependiendo de muchísimos factores, no todos vivimos igual. Preparación, capacidades y maneras de comportarnos, hacen la diferencia. Pero sin lugar a dudas, las políticas trazadas por el gobierno de turno, abren o cierran posibilidades, que facilitan o dificultan la supervivencia. 

Ese norte, que indica seguridad, hoy más que nunca lo tenemos embolatado, por cuenta de un gobernante errático, que sin respetar lo prometido en campaña, viaja en ese tren elevado e imaginario, que de Buenaventura lo transporta a Barranquilla. 

El país hoy, según las cifras más recientes del DANE, registra un fuerte incremento de la pobreza. 

Alrededor de 20 millones de personas, el 39.4 por ciento de la población, vive con menos de 11 mil pesos al día, y 6 millones, el 12.2 por ciento, con menos de 5.700 pesos. 

Factores como el desempleo, la falta de educación, el mal manejo de los recursos públicos, la inequidad, el conflicto armado y la inexistencia de una pronta y eficiente justicia, son las causas de nuestros problemas. 

De ahí que la gente desesperada, ante una clase corrupta que por décadas se ha robado el país, dio el salto al vacío votando por un desmovilizado de la guerrilla que, con un discurso promesero y falso, engatusó a unas precarias mayorías para hacerse al poder, olvidando que esa izquierda que representa, es la que gobierna la miseria que vive el pueblo Venezolano y que ya empieza a sentirse en Nicaragua, Chile y Argentina. 

La única forma de combatirla, es incentivando el crecimiento económico, y lo único que se le ocurre al despistado gobernante Petro es cerrar la llave de las divisas que nos da el petróleo, tirando por la borda el aporte de las empresas de la cadena de hidrocarburos que superó en el 2021, la no despreciable cifra de 20.4 billones de pesos, siendo la más importante fuente de recursos de la nación, la cual pretende subsanar, según dijo en su momento, con el aguacate Hass. 

Si bien debemos contribuir a la descarbonización del planeta, nuestra responsabilidad es de apenas el 0.03 por ciento de las emisiones de carbono, casi nada como para sacrificarnos ante el mundo, en un proceso que debe ser gradual y sopesado. 

En marzo del 2021 y ad portas del estallido social, Petro como senador criticó duramente la adquisición de aviones de combate y eso que el costo era relativamente bajo. 

Hoy, como presidente, el reemplazo de los Kfir costará al Estado 15 billones de pesos, 5 menos de lo que costará la reforma tributaria en 2023. 

La reforma política presentada por su gobierno incluyó, no un mico sino un orangután, al permitir las renuncias de los congresistas para ser ministros y asegurarles su reelección en el 2026. 

Para asegurarse la gobernabilidad en el Congreso, de la mano del impúdico Roy Barreras terminó aliándose con partidos opuestos a su pensamiento, como el Conservador, que no tuvo el mayor reparo en hacerlo a cambio de ministerios y la dirección de varias entidades, lo que él mismo señalaba como mermelada. 

En plena campaña, Petro afirmaba que los cargos diplomáticos tenían que profesionalizarse y no ser entregados como botín de pago por servicios políticos. 

Al quemado parlamentario León Fredy Muñoz, a quién la Corte Suprema investiga por presunto tráfico de drogas, lo designó embajador en Nicaragua. 

Al excandidato presidencial Camilo Romero, en Argentina. 

Al exsenador Juan Manuel Corso, el mismo al que no le alcanzaba el sueldo de senador para pagar la gasolina de su carro blindado, le pagó su tiquete como embajador en Paraguay. 

En 1998, Petro presentó ante el Consejo de Estado una solicitud de pérdida de investidura contra Jaime Dussán, senador en ejercicio, por el manejo irregular del fondo de pensiones de los profesores. 

Ahora lo nombra, nada más ni nada menos, como presidente del fondo de pensiones de los colombianos, que bien equivaldría a poner al ratón mayor a cuidar el queso. 

La prensa acomodada y comprada por el régimen, da razón de los constantes choques entre las declaraciones de funcionarios subalternos y el presidente Petro, absteniéndose de analizar el meollo del asunto, que no es otro distinto al de la estrategia utilizada por este habilidoso mandatario, de dar a conocer lo que su calenturienta mente proyecta, a través de sus fusibles que son los funcionarios, y conocer de antemano el recibo de sus propuestas. 

Acercándonos ya a 5 meses de su gestión, entramos a un nuevo año, que para nada será fácil, sin que nada nos haga reaccionar para pedirle cordura y cumplimiento estricto a su programa propuesto, y no estas locas y descabelladas iniciativas, que terminarán por descarrilar lo que hasta su llegada fue, la marcha segura de la nación.

Alberto Zuluaga Trujillo. 
Alzutru45@hotmail.com

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