No es hora de aguas tibias

No es hora de aguas tibias

 Ingeniero Industrial Alexander Ríos Arboleda

La lucha de los pueblos históricamente ha existido por territorios, ideologías, creencias religiosas, etnias y por la absurda condición humana de la ambición. Las carnicerías se cuentan por miles en los libros, pero poco a poco se han venido extinguiendo a causa del poderío militar de los países o la fuerte reacción en sanciones económicas de bloques de naciones, que consideran que no hay lugar a destruir un vecino por cuenta de ser más fuerte que él.

Lo que está haciendo Rusia en Ucrania no tiene explicación alguna. Solo en la cabeza de un déspota como Vladimir Putin, le cabe apuntar y disparar a todo lo que se mueva por las calles de los pueblos ucranianos. Los muertos ya se cuentan por miles, en donde han caído civiles entre los que están muchos niños. 

El mundo libre no se ha hecho esperar, ha censurado a Putin y su locura, con las consecuencias para el pueblo ruso subyugado por un dictador que lleva 20 años en el poder. Los miles de manifestantes rusos que ha encerrado en las mazmorras por protestar contra la guerra, es la constante en un país en donde no puede haber oposición. Ya han caído en combate cerca de 500 jóvenes rusos, soldados que han expresado en privado no querer disparar a un supuesto enemigo que no les ha hecho nada. 

Los que sí están aceptando las acciones de Putin, son las dictaduras de Venezuela, Cuba y China, el mismo eje del mal que sonríe, al ver como patean a los que no piensan como ellos. Localmente el candidato de izquierda de la misma línea ideológica del socialismo del siglo XXI, en tribuna pública minimizó la barbarie y expresó “¡qué Ucrania ni qué ocho cuartos!”. Desconociendo como el mundo ha reaccionado contra esta violencia injustificada de un dictador loco comunista. El mundo del deporte, la cultura, el cine y lo económico han tomado medidas contundentes. 140 naciones han entendido que esto no puede seguir ocurriendo, cuando tenemos tantos ejemplos de que dejar pasar una invasión de este tipo, es el inicio de una escalada mayor  de violencia. El dictador Putin invadió Crimea y como la reacción mundial no fue tan contundente siguió con Ucrania. 

Hoy Colombia se debate con un vecino como Venezuela apoyado por el dictador de los yates. Que ya suministró armamento y radares para monitorear la frontera del ejército colombiano, pero esos controles electrónicos no detectan las miles de toneladas de cocaína que llegan a su territorio para ser despachadas para el mundo entero. 

La contundencia al rechazo de la invasión debe seguir siendo total, asomos de figuras hitlerianas no pueden caber en esta época.

P.D. Volvimos a las noticias nacionales por cuenta de no haber expedido la factura del impuesto predial de la ciudad. Eventos administrativos cotidianos del quehacer diario de Pereira, no pueden tener ningún asomo de conveniencia electoral para su expedición.

Comentarios

Lo más leído esta semana