Amigos eternos

Amigos eternos

 En este cuento Tenorio quiere retomar experiencias vividas con amigos, que le brindan hoy muy buenos recuerdos.

En una vida barrial, existían todo tipo de personas adultas, jóvenes y niños, hombres y mujeres, entre todos ellos estaba Juanito, el hijo de una familia perteneciente a esta vida barrial. Juanito contaba con la amistad de todos los jóvenes del barrio, conversaban en las esquinas del parque, jugaban fútbol en las calles o dentro del mismo parque, estudiaban en la escuela, en donde compartían sus vidas, sus estudios y también jugaban diferentes deportes, pues se contaba con instalaciones dentro de la institución educativa.

Desde niños compartían juegos como lleva, escondite, ring-ring correcorre, tarro y hasta ir a misa los domingos y en celebraciones especiales, en Semana Santa desfilaban en las procesiones como acólitos, romanos y ayudaban a cargar los santos, rezando muy juiciosos esperando que la sociedad y en especial los papás, los recompensen por comportarse tan bien en esta celebración religiosa.

Juanito y sus amigos crecían con todas sus características barriales, los mayores les enseñaban comportamientos, sus padres trabajaban y los hogares eran igualmente lugares de mucho amor y gran convivencia, sus papás y mamás igual compartían socialmente en fiestas, grandes pláticas en las tiendas, en el parque, en las fiestas patronales donde compartían un tinto, una gaseosa, una cerveza acompañado por una de esas exquisitas empanadas elaboradas en la casa parroquial, donde la carne se perdía dentro de la papa y la masa de la misma, y al final de la celebración, la fiesta en el parque donde todos comparten con todos, niños, jóvenes, adultos, papás, mamás y abuelos, una noche de rumba de lo mejor.

Juanito y sus amigos estudiando, divirtiéndose crecían y compartían todo lo dicho, en compañía de amigos y amigas del barrio, cuando llegaban a jóvenes además de divertirse conversando en las esquinas del parque del barrio, comenzaron a hablar de temas más maduros, del colegio, deportes más competitivos, ya no eran los temas de niños de hace algunos años, la rumba y por consiguiente de amores, de hombres y mujeres. 

Comenzaban a acercarse y a mirar a las niñas con otros ojos, de enamorados, de compañías a actos sociales como rumba, cine y eventos juveniles, cuentan que Juanito y José (otro personaje del barrio), a pesar de compartir amigos, no lo hacían entre ellos, motivo de la discordia o mejor la coincidencia de gustarle la misma niña, María se llamaba la amiga de gusto en común la cual era del mismo barrio, Juanito se cuadró con ella y le marcaba tarjeta o mejor le hacía visita casi todos los días, como buen novio, le llevaba chocolates y otros dulces, mientras José con cierta envidia y otros sentimientos juveniles, no compartía con Juanito, a pesar de ir a los mismos lugares. El noviazgo a través del tiempo se diluyó por motivos que aún no se definen, Juanito y José siguieron sus vidas. Mucho tiempo después se encontraron ya adultos, y recordando experiencias llegaron al tema de María, la niña que un día fue novia de Juanito y ambos compartían el gusto por ella en aquellos tiempos, y José con sonrisa maléfica y mucha picardía le dijo a Juanito, que cuando él salía de hacerle visita a María, el pasaba a conversar con ella y se comía los chocolates y los dulces que le llevaba, sonrieron y a partir de allí compartieron una buena amistad en compañía de otros amigos del barrio.

Esta y muchas experiencias vividas, como cuando perseguían juntos a los ladrones que visitaban el barrio, o defendían a las amigas que tenían problemas con los novios foráneos, o les escondían las bicicletas o motos a los visitantes, o servían de mandaderos de los mayores que se embriagaban en el parque, para tener con que gastar con los amigos, o le tocaban las campanas a deshoras al cura para ver cómo salían las rezanderas a misa, hacerles maldades a los profesores en el colegio, compartir con las familias de los amigos y alguno de ellos tocaba guitarra y participaban en celebraciones de diferente índole, un día del padre o de la madre, o el cumpleaños de alguno de ellos o de las familias.

Al final Tenorio nos cuenta todas estas experiencias y nos invita a recordar a aquellos amigos y amigas que hicieron parte de nuestras vidas y que nunca olvidaremos, y hoy que algunos de ellos se han ido a la eternidad y no están con nosotros físicamente, hagamos un brindis por todos.

Quienes quieran leer los documentos escritos con anterioridad, remítanse al enlace https://www.elpereirano.com/search/label/%C3%93scar%20Vel%C3%A1squez%20Narv%C3%A1ez?m=1

ÓSCAR VELÁSQUEZ NARVAEZ
Marzo 21 del 2022

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