¿Alianzas o el voto suelto?

¿Alianzas o el voto suelto?

Por ÁLVARO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ

Para nadie es un secreto que la máquina electoral todavía elige.

Pero estas elecciones, fuera del poder o el voto amarrado, tiene extremos y centros. Voto aislado o de castigo. De crear escenarios que regulen el “alma nacional”. El voto responsable. Digno.

Esta semana será de acuerdos y de fórmulas vicepresidenciales. El “tendido” electoral y las campañas en el redondel.

Pero por más que se revuelque el espectro político en la lucha por dominar terreno electoral con fórmulas territoriales, etnias, mujeres, empresarios, que amplíen o expanden el interés mayoritario, se aleja de la verdad política.

Donde más partidos desoyen el ritual de su dirigencia y lo que es peor, lo que queda de ideologías canjeables, portátiles, de bazar.

Todavía sigue siendo decisiones de élites, no de bases que no son tenidas en cuenta. Para no ir muy lejos, en la búsqueda de decisión política del partido de gobierno que no dio a conocer los resultados digitales de consultar “sus bases” – los carnetizados - en su estructura partidaria.

¿Será que el conservatismo, pierde el pulso por alzarse con la vicepresidencia que tiene hoy con el CD, partido de gobierno?

¿Piensa usted que a raja tabla, escuchan el rojo de pueblo, por la campaña que toque el presidente del partido? ¿O, que el llamado de Dilian a Peñalosa, alzado en hombros de ese partido en la primaria, le dejó dividendos al interior de la U? ¿A qué voces escuchan partidos invisibles, que se mueven de manera pendular y peligrosa?

Hay muchos estereotipos electorales por derrotar en la próxima ida a urnas.

Muchos partidos en las regiones quedaron sin agenda. La pérdida para cohesionar votaciones o masa que le dieran impacto o estructura, cayeron. Hay otros referentes que no pasan para repensar ideologías sino las necesidades y las afugias que se viven hoy en una sociedad fatigada por la corruptela, la politiquería, la misma polarización, la crisis de los partidos a la par con la de Colombia y el mal reflejo de fraude o incertidumbre electoral que “se vendió”, la propia hambruna, el impacto de la Covid -19 e incluso si los jóvenes seguirán solo “ganando elecciones en redes”. En el repliegue del desbarajuste institucional donde disparan con regadera en el proceso electoral en marcha.

 Por las masas desheredadas que “quemaron naves” con la ilusión de contar con un Congresista.

Es más: el mal sabor dejado en urnas por partidos que sucumbieron por el déficit electoral. Herederos de derrotas.

Las alianzas se hacen entre élites, pero falta ver que piensa el ciudadano incrustados en partidos que menos los representa. 

alvarocomunicaciones@yahoo.com.co

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