HERENCIA

HERENCIA

 ÓSCAR VELÁSQUEZ NARVAEZ

Hoy Tenorio nos contará un cuento, en el que el protagonista es el señor Francisco, un personaje que durante su juventud, su vida se tornó difícil, y con muchos altibajos, pero al final no sólo muestra un gran bienestar, sino además un gran aprendizaje.

Francisco en su niñez, estudió en escuela pública, su alimentación era deficiente, dada la capacidad económica de sus padres y el gran tamaño de su familia (siete hermanos). Su casa, vestimenta, cuadernos y demás utensilios de uso personal, eran escasos y de poco valor.

En su casa humilde con sus hermanos, igual los juguetes o juegos eran pocos, más bien su diversión estaba en la calle con sus amigos, jugaba lo tradicional, lleva, fútbol callejero, botellón, escondidas, La rayuela, el elástico y cuando visitaban ferias algunos participaban en los juegos que traían.

La niñez, infancia, adolescencia y pubertad de Francisco transcurrieron en forma calmada y con mucho aprendizaje y diversión. Cuando tenía dieciocho años y salía del colegio, dada su condición económica debía trabajar, aunque Francisco salió de la casa, para afrontar la vida sin tener que estar apoyado o incomodar a su familia.

Francisco trabajaba en el oficio que se le presentaba y comenzó a aprender diferentes actividades, al igual que llevaba una vida tranquila. Cuando tenía veinticinco años conoció a alguien que le dio trabajo más estable, don Lucho como se llamaba este personaje, poseía vehículos y comercializaba frutas y verduras desde y hacia todo el país.

Allí conoció el oficio de clasificar, comercializar y transportar todo tipo de productos agrícolas, al igual que conoció a todo el gremio y se defendía con gran capacidad.

A medida que trabajaba, mejoraba su condición económica, con el apoyo de don Lucho, hasta el punto de convertirse en un gran emprendedor, y creó su propia empresa de distribución de alimentos en la ciudad, transportando productos que vendía en las tiendas y más adelante los comercializaba en gran cantidad.

Francisco se convertía, a cada momento en un gran empresario y su vida en este campo era cada vez más promisoria; de igual forma se casó y tuvo una familia conformada por esposa y tres hijos. Luisa, su esposa, lo apoyaba igual en la empresa y entre los dos criaron y les dieron estudio a sus hijos.

La vida transcurrió y ya bien adultos, Luisa Y Francisco, encuentran retiro laboral, después de ver que sus hijos con profesión y organizados cada uno, se desempeñaban de acuerdo con su propuesta de vida.

Los dos, ya mayores eran conscientes de sus orígenes humildes y jamás se avergonzaban de ello. De vez en cuando, se sentaban en un gran sillón que tenían en casa, cerraban los ojos, y recordaban emocionados todo lo que habían hecho en sus vidas, él un joven trabajador y ella hija de una humilde familia, trabajaban de sol a sol para escapar de la pobreza y cambiar su destino. ¡Quién les iba a decir por aquel entonces que se convertirían en una respetada pareja con un buen negocio incluido y que el final sería una vida cómoda!

Ahora tenían sesenta años, jubilados y su única ambición era descansar y disfrutar de todo lo que habían conseguido a base de tesón y esfuerzo. Ya no madrugaban para salir corriendo a trabajar ni se pasaban las horas tomando decisiones importantes, sino que se levantaban tarde, leían y daban largos paseos por los jardines y calles cerca de su estupenda y confortable vivienda.

Las puertas de su hogar siempre estaban abiertas para todo el mundo; semanalmente, invitaban a sus hijos o unos cuantos amigos y eso le hacía muy feliz, les ofrecían buenos banquetes y algún vino.

Además de las veladas, Francisco y Luisa solían disfrutar de buenos paseos de turismo en el país y algunas veces fuera de él, no se perdían evento cultural, musical o deportivo de su gusto, poseían y disfrutaban de artículos personales no sólo finos, sino de calidad.

Pero sucedió que un día su mejor amigo decidió reunirse con ellos a solas para decirle claramente lo que pensaba. Mientras tomaban una taza de café, les confesó:

-Siempre han sido de mis mejores amigos y quiero comentarte algo que considero importante. Espero que no les moleste mi atrevimiento.

Francisco tomó la palabra y contestó:

– Tú también eres el mejor amigo que hemos tenido. Dime lo que te parezca, te escuchamos

Su amigo los miró a los ojos.

– Yo los quiero mucho y agradezco todas las atenciones y regalos que nos haces, pero algo me preocupa.

Ellos le respondieron

– ¿Preocupado? ¿A qué te refieres?

– Verán… Llevo años viendo cómo derrochan dinero sin medida y creo que están equivocados. Sé que poseen buen dinero, pero la riqueza se acaba. Recuerden que tienen dos hijos, y que, si se gastan todo en banquetes, regalos y viajes, a ellos no les quedará nada.

Francisco ya viejo, que sabía mucho de la vida, le dedicó una sonrisa y pausadamente le dijo:

– Querido amigo, gracias por preocuparte, pero voy a confesarte una cosa: en realidad, lo hago por hacer un favor a mis hijos.

El amigo se quedó perplejo ¡No entendía qué quería decir con eso!

– ¿Un favor? ¿A tus hijos?…

– Sí, amigo, un favor. Desde que nacieron, mis dos hijos han recibido la mejor educación posible y el apoyo de nosotros muy considerado. Mientras estuvieron a nuestro cargo, les ayudamos a formarse como personas, estudiaron en las escuelas más prestigiosas y les inculcamos el valor del trabajo, además les dimos apoyo económico necesario para iniciar sus vidas, Creo que les dimos todo lo que necesitan para salir adelante y labrarse su propio futuro, ahora que son adultos.

El hombre tomo un sorbo de café y continuó:

– Si les dejáramos en herencia toda nuestra riqueza y nosotros no disfrutáramos lo que poseemos, ya no se esforzarían ni tendrían ilusión por trabajar. Estoy convencido de que la malgastarían en caprichos ¡y yo no quiero eso! Mi deseo es que consigan las cosas por sí mismos y valoren lo mucho que cuesta ganar el dinero. No, no quiero que se conviertan en unos vagos y destrocen sus vidas.

El amigo meditó sobre esta explicación y entendió que la pareja había tomado una decisión muy sensata.

Quienes quieran leer los documentos escritos con anterioridad, remítanse al enlace

https://www.elpereirano.com/search/label/%C3%93scar%20Vel%C3%A1squez%20Narv%C3%A1ez?m=1

Febrero 28 del 2021

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