CUENTOS 1.0

Queridos alumnos, estos tres compañeros quieren decirles algo, pongan mucha atención y por favor respeten que ellos van a ser muy sinceros.

Tenorio nos cuenta hoy una historia que le contaban sus abuelos y que hoy es muy importante su enseñanza.

El abuelo les cuenta a sus sucesores lo que le escucho un día a sus abuelos y estos a los suyos, cuentos que le había quedado grabado en lo profundo de su ser y que pasado el tiempo los niños de su comunidad han escuchado y recontado. En la memoria de su pueblo siempre han estado presente las historias de toda la vida de sus antepasados, de igual forma que el aprendizaje enunciado en los cuentos del abuelo era necesario aplicarlos.

Cuento numero 1

En una clase, el maestro miraba con curiosidad a un grupo de tres alumnos, mientras presentaban el examen, todos los estudiantes tenían un buen comportamiento, pero el pequeño grupo mostraba no tener ganas de realizar y presentar el examen.

El maestro con un poco de astucia les pregunta, si ya habían terminado y sin responder lo miran con mucha duda para contestar y tristeza para con la situación.

¿Qué les pasa? Les pregunta el maestro. 

¿está todo bien? Vuelve a dirigirse el maestro a los tres alumnos.

Y, mientras todo el salón los mira, los tres estudiantes dicen:

-estamos muy cansados, llevamos días sin descansar, hemos dormido muy poco.

El maestro en su sabiduría les dijo:

-vengan hablemos en privado. Y se llevó a los tres estudiantes a la sala de profesores:

Los estudiantes le dijeron

Estudiante 1- Mi madre está enferma —dijo. - Lleva días sin poder moverse y mi padre solo tiene tiempo para ella.

Estudiante 2 - mi padre no tiene trabajo, se mantiene en casa todo el día y a mi no me prestan atención

Estudiante 3 -En mi casa mi papá y mi mamá viven discutiendo todo el día y tampoco me prestan atención.

El maestro despachó a los tres alumnos, solicitándoles tengan paciencia, que pronto las cosas cambiarán, por el momento no presenten el examen.

Igual despachó a los demás alumnos y les pidió tuvieran paciencia con sus tres compañeros y por favor no les digan nada, ni hagan acoso escolar con su situación.

Al día siguiente el maestro les preguntó a los tres alumnos:

—¿Qué tal siguieron? ¿cómo va la situación en sus casas?

Ellos respondieron:

E.1 —Mi madre esta peor, Ayer ni siquiera pude hacer los deberes para atenderla un rato y que mi padre pudiera descansar.

E.2 -Mi padre aun no consigue trabajo.

E.3 -mi papá y mi mamá continúan peleando

Durante todo el día los tres recibieron la atención de todos sus compañeros, no los dejaron solos. Muchos se ofrecieron a ayudarles con las tareas y a explicarles lo que necesitaran.

Y así, todos los días, a lo largo de una semana, el maestro les preguntaba por su situación. Pero parecía que no mejoraban y ellos estaban cada vez más cansados y apáticos. Y, como no podían hacer los deberes ni estudiar, sus resultados eran cada vez peores.

El sábado el maestro vio a uno de los estudiantes en el supermercado (el que tenía la mamá enferma). Iba a acercarse a saludarlo y a preguntarle por su madre cuando vio que una mujer y un hombre estaban con él.

El maestro pensó que serían sus tíos o unos amigos de los padres que estaban cuidando del niño. Cuál fue su sorpresa cuando lo escuchó decir:

—Mamá, ¿puedes comprar estos cereales? Tienen una pinta estupenda.

En cuanto acabó de decir esto, su madre exclamó:

—¡Mira quién está aquí! Pero ¡si es el maestro! ¡Qué casualidad!

El muchacho se dio la vuelta. Justo detrás de él estaba su maestro. abrió tanto los ojos que parecía que iban a salirse de sus órbitas.

—Veo que está usted mejor —dijo el maestro a la madre 

—¿Mejor? —dijo ella—. Tengo una salud de hierro. Hace años que no me pongo enferma. ¿Por qué lo dice?

El maestro miró al niño. Luego miró a su madre y dijo:

—No sé por qué, pensé que estaba enferma. Me habré equivocado de persona. Ya sabe, con tantos alumnos a veces es complicado.

—No se preocupe —dijo la madre—. Aun así, gracias por preguntar y por interesarse

El lunes siguiente cuando trataba de buscar un vehículo para ir al colegio, ya que su auto se había averiado, al lado paro un taxi, y de allí le hablo una persona que le dijo:

-hola, maestro, va para el colegio, si gusta lo llevo.

El profesor se montó en el taxi, y dentro el conductor se dio vuelta y dijo 

-hijo, mira a tu maestro, como vamos para el colegio, arrimémoslo

y en la parte trasera el segundo niño, tragaba entero.

-Ya veo que consiguió trabajo, que bueno, lo felicito, dijo el maestro

Padre. – no profesor yo siempre he trabajado, este taxi lo tengo hace algo mas de 10 años. Pero si es una gracia tener trabajo hoy en día. Y gracias por decírmelo.

Cuando llega el maestro al salón, llama al tercer estudiante y le dice 

-Como siguieron tus padres.

El tercer estudiante, como ya sabia lo que les había pasado a sus compañeros le dijo

-Profesor perdóneme, mis padres nunca han tenido problemas, eso era mentira, me someto al castigo que usted me ponga.

El maestro viendo la situación y los tres niños llorando, además el grupo de compañeros, que aún no sabían nada, pensaron que la madre del primero se había muerto, que el papa del segundo no conseguía trabajo y los papas del tercero se habían separado, les dijo a todos del grupo.

Queridos alumnos, estos tres compañeros quieren decirles algo, pongan mucha atención y por favor respeten que ellos van a ser muy sinceros.

 Sinceridad, confianza, aprendizaje nos da el mensaje de TENORIO.

Quienes quieran leer los documentos escritos con anterioridad, remítanse al enlace https://www.elpereirano.com/search/label/%C3%93scar%20Vel%C3%A1squez%20Narv%C3%A1ez?m=1

ÓSCAR VELÁSQUEZ NARVAEZ

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