AMISTAD Y OLVIDO

AMISTAD Y OLVIDO

 Hoy Tenorio nos relata un cuento, en el que se involucra amistad y olvido, el cual le fue contado por aquellos antecesores que les gustaba contar historias, y que hoy puede convertirse en alguna realidad.

Dos grandes amigos de la niñez y juventud se encontraron ya siendo muy adultos, fueron grandes compañeros en el barrio, colegio, inclusive en la Universidad, época en donde compartieron estudio, rumba, amigos, deporte y muchas otras actividades.

Ella estudio Ingeniería y él Derecho en la misma Universidad; a diario compartían gran parte de sus experiencias, que el profe de matemáticas la sacó al tablero, decía ella, y que el de política colombiana les hizo un quiz decía él. Se encontraban siempre en un punto social de la universidad, lugar donde tomaban tinto, desayunaban, comían algún pastel o simplemente conversaban de sus experiencias académicas y/o personales.

José y María, como se llamaban, siendo excelentes amigos inclusive los fines de semana, a pesar de que cada uno tenía sus labores de tipo académico, familiar y de amigos, siempre se mantenían en contacto. Sus compañeros de clase, novio o novia, familia y amigos en general, los consideraban como lo que eran, excelentes amigos.

Esta relación continuó hasta que se graduaron, y de allí, sólo se saludaban cada tanto hasta que se esfumó la relación y cada uno tomó rumbo a su vida, profesión, labor, familia y amigos. Aunque seguían considerándose buenos amigos, durante mucho tiempo no se volvieron a ver. Él se convirtió en un gran Abogado y viajaba dada su labor muy a menudo; ella Ingeniera de una gran empresa y después empresaria, se desenvolvieron y triunfaron profesionalmente al igual que sus familias.

Cuando eran adultos, ya pensionados, por alguna razón, vivían cada uno solo, por viudés uno y separación el otro, José y María se encontraron en un centro comercial, hablaron y se actualizaron de sus vidas, hasta quedar al día cada uno con la historia del otro.

Esporádicamente se continuaron viendo y saludando, hasta que un día los dos coincidieron en que podrían compartir sus vidas, puesto que estaban solos y no afectarían nada ni a nadie. José muy amablemente le pidió la mano a María, y ella le dijo que sí, y quedaron de volver a conversar.

Cuando José a los días, pensó en María, se le creo una gran confusión mental, el sí recordaba a María, que fue su gran amiga de muchos años, pero no tenía claro si era a ella, que le había pedido la mano, ¿y por qué? decía, si ella solo fue una gran amiga.

José busco a María, para aclarar que fue lo que pasó, hasta que unas semanas más tarde la encontró y se sentaron a conversar nuevamente, José le preguntó

-María, tú y yo fuimos excelentes amigos, compartimos muchas experiencias, y gran parte de nuestras vidas hemos recordado aquella hermosa época de juventud, y me alegra mucho volverme a encontrar contigo, quisiera saber si la ultima vez que nos vimos, yo te pedí la mano y ¿tú que respondiste?, pues no recuerdo con claridad que fue lo que pasó.

María, en cambio de una forma tranquila le contestó, que sí, que ellos habían hablado la última vez del tema, pero que no recordaba si era él, el que le había pedido la mano, que, aunque sabía que había aceptado, no sabía exactamente si era a él, además consideraba una locura aquella idea, pues ellos solo había sido buenos amigos en una época maravillosa y no más. 

Siendo así, José y María continuaron su vida de manera independiente, aunque el uno no se acordara del otro, estaban seguros de haber compartido una excelente amistad, y el final de sus vidas envueltos en esa cortina de humo llamado Alzheimer.

Quienes quieran leer los documentos escritos con anterioridad, remítanse al enlace https://www.elpereirano.com/search/label/%C3%93scar%20Vel%C3%A1squez%20Narv%C3%A1ez?m=1

ÓSCAR VELÁSQUEZ NARVAEZ
FEBRERO 21

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