UNA FIRMA Y UN SALUDO NO SE LE NIEGA A NADIE

UNA FIRMA Y UN SALUDO NO SE LE NIEGA A NADIE

JAIRO ARANGO GAVIRIA

Termina el 2021 con un abanico de candidatos inscritos bajo la modalidad constitucional de recolección de firmas. Las hay de todas las tendencias políticas e ideológicas.

Todos estos candidatos a la presidencia tienen sus raíces básicamente en los dos partidos tradicionales: Liberal – Conservador; los dos fundados a mediados del siglo XIX en una época en que las guerras civiles y el cambio de constituciones era la constante en todo el territorio de la Gran Colombia; Aunque de esta, solo quedaban unidas Colombia y Panamá. Siempre en busca de poder.

Estos dos partidos tradicionales empiezan a fracturarse cuando surgen nuevos movimientos a finales del siglo XX, que no se sentían representados bajo las banderas roja y azul. Pero tampoco fue suficiente.

El siglo XXI mara el comienzo del regreso al caudillismo mediático, de unos dirigentes que siempre se amamantaron de los partidos que fundaron Ezequiel Rojas (liberal) y Mariano Ospina Rodríguez (conservador). Estos caudillos del siglo XXI, más allá de impulsar tesis políticas, acuden a buscar el favor popular sin ningún respaldo partidista, a través de la recolección de firmas que les garantice poder presentarse como candidatos a la presidencia.

El medio es la recolección de firmas, sin importar la forma para obtenerlas. Generalmente son “empresas políticas” que se contratan con empresarios políticos expertos en recogerlas en tiempo record, y en las cantidades que su cliente-candidato esté dispuesto a invertir en el “negocio”. Los casos más emblemáticos son los de los candidatos Rodolfo Hernández y Alex Char. El primero por su discurso anarquista y populachero, donde da a entender que él solo puede cambiar la forma de gobierno, y Char, llama la atención con la forma ostentosa de recoger 3.400.000 (tres millones cuatrocientos mil firmas) en veinte (20) días, enviando un mensaje al mejor estilo del mesías donde se anuncia que todo se vale en la carrera por ganar las elecciones. Hoy por ejemplo, considera, que no debe presentarse a ningún debate público, que le desdibuje su pensamiento. Las propuestas no cuentan. Lo importante es ganar y para lograrlo, harán lo que sea necesario sin importar cual sea su costo.

Quizás esta forma de interpretar la democracia desdibujando y negando los partidos políticos, que en últimas son su sustento, obedece a una estrategia de querer hacer las cosas en un presente mediático sin saber siquiera que van a hacer si logran ganar la presidencia. Por fortuna ese mismo pueblo que les firmó en tiempo record, no tienen ningún compromiso con sus efímeros candidatos, como lo dijo el comediante: Echeverry, esa platica se perdió.

JAIRO ARANGO GAVIRIA
Enero 2022

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