Gabriel Jaime Vallejo Chujfi

Gabriel Jaime Vallejo Chujfi

Por ÁLVARO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ

¡Ahora resultan los pájaros tirándole a las escopetas!

Enlodan todo, la basura da igual y el Congreso, se parte del principio que todos son cacos.

Vulgar forma de simplificar todo, en una sociedad que hiede, que huele maluco y cuya pestilencia desbordó el contexto de la parroquia.

Como el disco aquél: que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé. Que siempre ha existido chorros, maquiavelos y estafa´os…  

En una rueda de prensa convocada para presentar su Código de Ética, pues claro que en la misma no se iba a hacer a una apología a la delirante corrupción, o que se invitaba a cohonestar con principios que rompieran el contexto.

Lejos está el abogado Vallejo de pertenecer a esa cuadrilla de pillos que delinquen de día y de noche. Que sortean contratos o entregan por encargo puestos aprovechando la ganga o la lotería de reelegirse a hurtadillas de la sana política que ha pregonado y de la cual encarna principios probados.  

Y, claro, el coro sale a denostar y a presentarlo como cómplice. Entregado a las tulas doradas y a crear imágenes de hombre enraizado con el mal o perseguidor de presupuestos para lograr escalas superiores.

No. Gabriel Jaime, es otra persona, otro metal, otra escuela con brillo distinto a ciertos congresistas arropados en cuerpos podridos, para que nos lo “vendan” como salteador, malandrín o malhechor fabricado en oscuros contubernios. Si algo tiene para mostrar es su HONRADEZ. Si algo tiene para mostrar es que suma voto de OPINIÓN. 

Acaso, se les olvidó a muchos, que se frotan las manos y muestran mueca de alegría con el descache, que ha sido destacado como uno de ¿los mejores congresistas? Que no camina por la cornisa asustando el erario o persiguiendo nómina o haciendo “favores” para estrujar ¿votos alquilados?

Invito a que lean o se enteren de la gestión en la Cámara de Representantes por Risaralda en www.gabrielvallejo.com para que se ilustren y quede notificado el ciudadano que Vallejo Chujfi, no fue a roncar al Congreso. Muchos menos a delinquir. Lo hizo público, además, como acto de responsabilidad política.

La escala de valores no se puede invertir. 

¡Un Código de Ética no es un código para robar!

“¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!”, de quienes creen hacer fiesta trastocando la verdad por encargo! 

En Vallejo, hay integridad y rectitud. Buen Congresista medido por acciones concretas.

ÁLVARO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ
alvarocomunicaciones@yahoo.com

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