FELIZ AÑO

FELIZ AÑO

ÓSCAR VELÁSQUEZ NARVAEZ

La semana anterior Tenorio nos habló de la noche de navidad, evento que disfrutaban todos los integrantes del núcleo básico del hogar. Hoy, Tenorio nos recuerda el proceso que vivían de alguna forma toda la familia después de aquella noche.

Seguido de la resaca o guayabo, en especial la tía bailarina y el tío fanático del licor, las personas hablaban de diferentes temas, entre ellos los resúmenes, evaluaciones, valoraciones del año que está próximo a terminar.

Algunos ya tenían la valoración dada, pues decían que, si el niño Dios no les trajo regalo, fue porque se portaron mal, otros hablaban del difícil año que pasaron, que el clima los aporreó, que la economía, que el empleo y el desempleo, en fin, hoy estarían hablando de la pandemia. 

Otros en cambio hablaban de lo bien que los trato este año, que los negocios fueron fructíferos, que llego a la familia un nuevo hijo, nieto, sobrino y que los niños traen el pan debajo del brazo, que a Juanita la ascendieron de puesto, que Tenorio gano el año, que Nicolas se graduó de la Universidad, que Jorge viajo a USA buscando nuevos horizontes, y se comentaban muchas situaciones que producen optimismo para el futuro.

Pero bueno, toda la semana van y vienen las quejas, los comentarios optimistas, los pensamientos positivos y menos positivos para lo que será el próximo año, incluyendo especulaciones sobre cuanto será el aumento del salario mínimo.

Llegando el 30 y 31 de diciembre, vuelve y comienza la organización de la fiesta de fin de año, esta vez contaban con más asistentes, vecinos, parentela de otras ciudades y países que nos visitaban y por lo tanto había que organizar una velada a la altura de la familia. Igual todos colocaban cuota para el evento, ya no era matar marrano, era el llamado plato frio, pernil (del marrano del 24), una buena ensalada y algo agridulce, decían los que sabían de cocina, se hacia el presupuesto y listo a recoger la cuota.

Igual la abuela proponía los confetis, pitos, bombas, para celebrar las 12 pm, cuando el año que acababa se iba e iniciaba el nuevo. La música la lideraba el tío que prometía no embriagarse para tener toda la noche un buen ritmo, no faltaba el que cantara “yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas”

Listo, llego el día, se tiene la comida preparada, comienzan a llegar los invitados y a planificar todo para las 12 pm, que las doce uvas para la suerte y lógico los doce deseos, que los calzones amarillos para la suerte, azules para el amor, blancos para la salud y algunos  sin calzones para no correr riesgos, eso sí, los calzones eran comprados en “la tienda del brasier y solo KUKOS” (publicidad no pagada), cabe mencionar que hoy es igual con los tapabocas, también que la maleta esta lista para darle la vuelta a la manzana, listo el regalo para el amig@ secreto, otros traían papelitos con mensajes esotéricos para repartir, las lentejas en el bolsillo para la suerte, el billete dentro del zapato con buena fe para que se le multiplique por mil, las velas doradas listas para encenderlas, otros ubicaban la mesa, para meterse debajo de ella y conseguir pareja el próximo año, otros con joyas doradas para la suerte y si no tenían se pintaban las uñas de ese mismo color,  los billetes de un dólar listos para repartir (esto para los que tenían la fortuna de tener visita de USA), bueno cada uno tenía su propio agüero, eso sí, debían coger el pito, la bomba y la serpentina de la abuela para el que todos escucharan que el año viejo ya murió.

Los niños, además de ver lo ridículos que se veían los papás, con todos estos agüeros, jugaban en medio de todos los invitados, igual los más complicados les pedían que jugaran en otra parte, pero ellos además de jugar, disfrutan cogiendo los obsequios que traían las anchetas, porque también era hora de desocuparlas. Los jóvenes teniendo en cuenta que debían estar con sus amigos, los papás les daban permiso, pero eso sí, ¡¡ a las 12 está en la casa!!! Y así era. 

¡Bueno “faltan cinco para las doce, el año va a terminar!, y empieza el ultimo conteo del año 5, 4, 3, 2…Unooooo y ¡feliz añoooo!, unos lloran otros ríen, se abrazan, incluido el tío que al final se embriagó, se prometen, dan vuelta a la manzana, se comen las uvas, se regalan papelitos, dólar va dólar viene, las lentejas se echan al bolsillo, el billete al zapato, el consejo “este año si vas a estudiar” y por supuesto lo niños termina de comerse los regalos de las anchetas, aprovechando el desorden, también la tía nuevamente saca a bailar a los sobrinos, por aquello del colágeno.

Con estos recuerdos, Tenorio les desea el mejor de los años para este 2022, que la sabiduría en los actos les de los mejores resultados, que la salud nos acompañe durante todo el año y que el COVID termine su periplo por todo el mundo y nos libremos de este mal.

En época de postpandemia y vacunación, debemos mantener un buen comportamiento, tapabocas y cuidados para no contagiarnos, “la vida es Hoy”. ¡EL COVID ESTA POR AHÍ TODAVÌA!

Quienes quieran leer los documentos escritos con anterioridad, remítanse al enlace https://www.elpereirano.com/search/label/%C3%93scar%20Vel%C3%A1squez%20Narv%C3%A1ez?m=1

Comentarios

Lo más leído esta semana