Nuevos Augurios

Nuevos Augurios

Alberto Zuluaga Trujillo

Celebrada la natividad, fiesta del nacimiento de Jesús, festejamos la presencia renovadora de Cristo en la tierra, contemplando y asimilando el Misterio de la Encarnación del hijo de Dios, siendo el momento propicio para renovar y fortalecer nuestros sentimientos de unidad dentro de la familia y los amigos, con actos de generosidad, amor y paz. 

Es un alto en el camino al finalizar el año, para hacer una profunda introspección y reflexionar sobre nuestras vidas, buscando como mejorar como personas, como padres y como hijos, y desde luego, hacernos el propósito de aportar algo constructivo en la edificación de un mundo mejor, más igualitario y justo, en dónde nuestros nietos se sientan a gusto y puedan disfrutar, como nosotros lo hicimos, de una naturaleza bella, llena de inmensas bondades. 

La navidad en familia es la oportunidad que el año nos da para sentir que ese núcleo es la base y fundamento de la sociedad, del país y del mundo y que, solo defendiéndola de la disolución, estamos reafirmando la unidad y el entendimiento fraterno que debe reinar en toda sociedad. 

La unidad familiar, más que un derecho es un principio esencial contemplado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, su desmoronamiento, es la causa de los males sociales que están afectando al mundo, pues los jóvenes de hoy, sin los principios de disciplina y obediencia, no inculcados en las mentes de los niños dentro del hogar, se sienten llamados a imponer sus caprichos y veleidades, propiciando la anarquía y el caos en que con frecuencia caemos. 

A la par con la navidad, celebramos también la finalización de un año y el comienzo de uno nuevo, que se inicia el 1 de enero, del calendario gregoriano, instaurado por el papa Gregorio XIII en 1582, y el cual rige en la mayoría de los países del mundo. Hace más de 4 mil años se celebraba el año nuevo con un festival que duraba 11 días, tiempo en el cual las gentes hacían promesas a los dioses con la esperanza de que al cumplirlas se les otorgaran bendiciones en el año entrante, tradición que perdura con las promesas, convertidas hoy en lista de propósitos a cumplir. 

Celebrado de manera distinta en muchas partes, el propósito es el mismo. La prosperidad. Año nuevo, vida nueva, es un dicho muy popular para significar que con el inicio del nuevo año se abren nuevas oportunidades, significando, además, que, si el año que pasó no cumplió con nuestras expectativas, podemos aprovechar el nuevo para cumplir con todo lo que no pudimos. 

Lo cierto es que este 2021 se nos fue en un cerrar de ojos, pese a todos los problemas que debimos capotear, verbigracia, la pandemia y el Paro Nacional, causantes de la grave recesión de los meses siguientes, que acabó de hacer más compleja y difícil la situación. 

A Dios gracias este año llegó a su fin, y en sus manos colocamos el venidero, en la seguridad de que las condiciones necesarias para lograr la cristalización de los nuevos propósitos se darán, empezando por el cumplimiento de nuestras obligaciones que, como ciudadanos de esta patria tenemos, de sufragar a conciencia para salvar la nación de los populacheros de una izquierda que está ahogando las esperanzas del pueblo latinoamericano. 

Alberto Zuluaga Trujillo
alzutru45@hotmail.com

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