El “montañero y provinciano” que es Personaje del Año

El “montañero y provinciano” que es Personaje del Año

Por Álvaro Rodríguez Hernández

En Colombia nos acostumbramos a que critican porque se toman medidas y por qué no. Es una rueda larga que da vueltas y poco se detiene para mirar resultados y medir gestión con responsabilidad política.

Este es un país movido por la rabia y el miedo y por la falta de carácter cuando de tomar decisiones se trata.

Por eso, Colombia tiene otro récord: el de dilatar y no encontrar respuestas. Giramos sobre el mismo eje. 

La visión es miope y ha crecido la corrupción por actitudes pasivas de los órganos de control golpeados por su inercia. Por eso muchas de estas entidades entraron hace rato en el descrédito.

Los “elefantes blancos” en el parque zoológico de la putrefacción nacional, son emblemáticos de la flema, del pus, que se enquistó hace rato en la piel del Estado. Muchos se han movido porque han encontrado fórmulas para ponerlos a caminar en medio del pantano y del ¡oh júbilo inmortal!

Quitarle el sebo, la grasa, buscar la salida creíble al laberinto de Hidroituango, no estaba en la carpeta de nadie, en una Colombia donde hay una enfermedad barrigona y cancerosa que abochorna. Da vergüenza. Profilaxis y medida quirúrgica de urgencia.

La Contraloría va a las regiones y rastrea con lupa los desafueros estatales. Movilidad hacia el control.

Frenó el carnaval generoso de ciertos alcaldes y gobernadores que querían ir de “fiesta” con los recursos públicos con el dolor de la pandemia. 

Le ha sacado plata del bolsillo a quienes han creído que el estado se hizo para robar. De cuantías que generan destrucción del valor en proyectos que no se ven o que han alzado sospechosos vuelos.

Auditor general, vicecontralor, ha hecho escuela no de reojo sino control fiscal como herramienta integral. Esto es un problema de ética pública. Su legado es ese: desenterrar, además, las mallas de contratistas “en cuyas manos se concentraba tradicionalmente el manejo de los recursos públicos”.

Por ese medio mundo le cayó encima -sin lastimar -a este especialista en Alta Gerencia y Máster en Acción Política y como siempre, hubo interés en crear fantasía política para lanzar luces de bengala en el grueso fallo de responsabilidad fiscal en el escandaloso tema de la hidroeléctrica, estratégica para el futuro energético del país y sus “profundas implicaciones”.

Hay otras ideas que reviven y “complementa el modelo de control posterior y selectivo con instrumentos sustanciales como el control concomitante y preventivo, que, además, amplía el espacio a la participación ciudadana en la protección del recurso público”.

No podemos taparnos los ojos, cuando la justicia avanza en medio de la oscuridad y los desafíos. El Contralor hace la tarea.

Álvaro Rodríguez Hernández 
alvarocomunicaciones@yahoo.com

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