LA PROFESIONALIZACIÓN DE LA POLÍTICA

LA PROFESIONALIZACIÓN DE LA POLÍTICA

JAIRO ARANGO GAVIRIA

En teoría, y desde tiempo pretéritos la política ha sido ejercida por personas dedicadas al oficio político. Para Aristóteles la política; “Se presenta con la formación de un Estado completo a través de la asociación de la polis”. Maquiavelo la define como: “El arte de conquistar, ejercer y mantener el poder. Para el filósofo y escritor Francisco Miro, la política es: “La lucha por el poder; y los móviles que dan sentimiento a esta lucha son variados. Pueden ser fines nobles como la toma del poder para liberar a los pueblos de la dominación; o pueden ser fines innobles con el único objeto de ganar el poder para gozar de las prebendas y privilegios que este ofrece”.

Hoy en todo el mundo hay universidades y centros de estudios que ofrecen la opción de estudiar “Ciencias Políticas”, donde los egresados adquieren una gama de conocimientos en economía, análisis de conflictos, historia política, geografía, medio ambiente, administración pública, etc. Es decir, que el ejercicio de la política debe considerarse como una profesión a largo plazo. No como un impulso efímero que se le presenta a alguien en la vida como si se tratar de reemplazar un futbolista, y que una vez terminado el partido nadie volverá a mencionar.

El asunto es complejo porque la ley es bastante laxa al respecto, lo que permite mucha porosidad por donde se filtran a los cargos de elección personas sin ninguna preparación en el arte de la política y de la administración pública. Por eso encontramos presidentes del senado con muy poca preparación académica, cuyo único propósito es el de hacer jugaditas; o presidentes de la cámara de representantes a reinas de belleza que nada bueno le aportan a la democracia.

En las regiones con bastante frecuencia se eligen gobernadores y alcaldes sin ninguna o muy poca preparación académica lo cual implica que algunos deban pagar esa ignorancia frente a la administración pública con procesos jurídicos.

Todo lo anterior conduce a pensar que el único interés de los partidos políticos u otras formas “civiles” de participar en elecciones es solamente la obtención del poder sin importar quién sea el elegido o la forma en que vaya a ganar la elección.

Si cada profesión tiene un rol definido en la sociedad y el ejercicio liberal de cada una tienen unos requisitos singulares reglados por la ley, la pregunta sería: ¿Por qué un congresista o un gobernante por elección no tiene requisitos diferentes a los votos? Esto se presenta porque la ley y la constitución no pusieron ninguno. Solo ser elegido. También podemos preguntarnos ¿por qué hoy se escoge una atleta de salto largo como cabeza de lista de un partido político que lo único que conoce de él es su nombre? ¿Qué le podría aportar al ejercicio de la profesión política? Nada por supuesto. Al respecto recuerdo la anécdota de un amigo que hace reglamentos de propiedad horizontal, me dijo: Fui a Buga a hablar con el milagroso; llegamos a un acuerdo: Ni El hacía reglamentos ni yo haría milagros.

La democracia nos permite votar por personas capacitadas y conocedoras de la cosa pública. Depende de nosotros permitir que los cargos por elección popular los ocupen los candidatos de mejor sensibilidad social y mejor formados.

JAIRO ARANGO GAVIRIA
Octubre 2021

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