UNA PALABRA BASTARÁ PARA SANARLES

UNA PALABRA BASTARÁ PARA SANARLES

 Por. Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu

La niñez comienza a desarrollar su personalidad, su sentido del Yo desde cero años, desde siempre; y ven en su entorno, en sus progenitores o protectores cuidadores el lenguaje que se usa y va quedando tatuados en su siquis, como también queda marcado la indiferencia, la violencia, las agresiones, los maltrato, las ausencias.

Decirle una palabra de amor y que trasmita seguridad a un bebe, a un infante puede marcarle la diferencia, aplaudirles por una acción que hagan los bebés o la niñez toda, les hará sentirse valorados, visibilizados, importantes, les hará sentir que van siendo capaces, autónomos, fuertes y sobre todo seguros. Lo contrario les traumatizará y les irá marcando en su alma una tara de inferioridad, de inseguridad, todo comentario o acción negativa contra la niñez es nefasto. Toda ausencia de amor y de agrado merma la capacidad de alegría y de progreso, hay que saber educar, reprender, corregir desde lo positivo. Claro está que sembrar disciplina y limites en la niñez es determinante, pero hay que saberlo hacer.

A la niñez hay que prepararle para la vida, ponerles reglas, condiciones, controles, transmitirles el Referente de Autoridad desde el amor, la paciencia, la madurez, la objetividad. La advertencia a tiempo en prevención o la consecuencia que trae una acción incorrecta, trasmitirá auto control y responsabilidad. El mejor legado para la niñez es el tiempo dedicado y con calidad, transmitirles aprendizaje, lecturas, conocimientos, anécdotas, les formará más que el internet o los video juegos.

El buen ejemplo, los buenos modales, la amabilidad, la generosidad, el respeto, la tolerancia son la mejor vitamina para ellos y ellas. No siempre la niñez evoluciona al ritmo de los adultos responsables de su crianza, no compara épocas ni culturas, ni estilos. Cada ser humano es distante y si esa niñez tiene dificultad en el aprendizaje de algo no es su culpa, puede ser algo de salud, algo genético, algo del medio ambiente, en todo caso indague, pregunte, consulte, pero no señale ni descalifique al pequeño, no lo haga sentir mal por alguna condición de su existencia, acompañemos a la niñez a construir y disfrutar su proyecto de vida de la mejor forma, eso sí con esos principios básicos que harán de esa personita un gran ser humano.

El amor de los progenitores debe ser incondicional, el amor de quien voluntariamente decide o le toca cuidar un bebé, o un niñ@ debe ser paciente y vocacional, debe estar acompañado por un profundo sentimiento de compromiso. A la niñez se le debe informar y contar proporcionalmente y con delicadeza las circunstancias en las que llegó al mundo, se les debe decir desde el amor la verdad y entregarles las herramientas de autoestima para enfrentar las complejidades de la vida, se les debe advertir, educar en prevención y cuidado, pero siempre con seguridad y la más alta autoestima. Así como se evoluciona con los temas de la administración, del talento humano para adultos en la competitividad; así también y como prioridad debemos invertirle tiempo, capacidad, disposición, determinación al cuidado y crianza de nuestros pequeños.

La vida nace cada día en estos momentos hay más de 5.000.000 de niños y niñas en Colombia creciendo en las mejores y peores circunstancias, Actuemos YA!. Seguro que cada persona está en condiciones de hacer algo o mucho por la niñez.

Señores Gobernantes territoriales ya a punto de su mitad de periodo hagan unos consejos de gobierno y de seguridad solo alrededor de la niñez, señor Presidente, ya en la etapa final de su mandato evalúe y de ser necesario enmiende lo que tiene pendiente con la niñez colombiana. Adultos responsables en este mes de octubre hagamos acciones contundentes con beneficio de la niñez, amigos lectores una acción, una decisión, una palabra bastará para salvar un infante.

Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu

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