HORACIO, COMO EL AVE FÉNIX

HORACIO, COMO EL AVE FÉNIX

 ÓSCAR VELÁSQUEZ NARVÁEZ

Hoy Tenorio nos cuenta una historia, que pudiendo ser cierta, nos muestra altos índices de fantasía, y es la historia de un personaje que recibe de Tenorio el más alto índice de reconocimiento y admiración.

Al personaje de hoy, Tenorio le da el nombre Horacio. Horacio es una persona con una vida estable, recibió de sus padres con el mejor cariño, la posibilidad de estudiar en colegios calificados y una carrera universitaria que le daría una estabilidad profesional y económica por supuesto.

Horacio se proponía a darle a sus hijos, de igual forma que sus padres le dieron a él, conocimientos, creencias, competencias y capacidades de servicio a la sociedad y a las personas cercanas. 

Horacio contaba con grandes amigos y conocidos que la vida le acercó durante su infancia y juventud, unos de gran valor humano y otros con menos humanidad, pero igual hicieron parte de su madurez personal.

Horacio como casi todos los de su generación consideraban que su profesión le daría ese equilibrio que necesitan los humanos para ejercer su labor como buen hombre, padre, esposo, hijo, hermano, amigo y ciudadano y, esto le daría la cualificación social para convertirse en un hombre de bien.

Un día Horacio en su afán por conseguir económicamente esa cualificación que le daría la sociedad, cometió errores sociales al relacionarse con personas que, de igual forma buscaban estabilidad económica para tener importancia real en la comunidad, pero que sus acciones distaban mucho del buen actuar humano.

En su carrera por ser más y mejor, realizó negocios, que sus resultados le darían una posición social estable, pero ingresaría a un gremio que, por sus características de ilicitud, estaría corriendo riesgos que podrían llevarlo a oscuros espacios de comportamiento, actuando a espaldas de la equidad que un día le habían enseñado sus padres y antecesores.

Los negocios iniciaron por buen camino, en cuanto a lo económico y, por consiguiente, Horacio se convertiría en alguien de importancia socialmente hablando, sus conocidos y contradictores lo reconocían como alguien importante en la comunidad, aunque algunos que no estaban de acuerdo, sólo observaban y callaban, pues consideraban que no era la mejor forma de ser importante socialmente, ¿además para qué ser importante si sus acciones iban en contra del accionar legal?

Horacio en su calidad de buen hombre confió ciegamente en sus socios y como decían los abuelos en el antaño “dejó entrar al diablo en su casa y no fue capaz de sacarlo”, a pesar de evaluar que sus negocios iban por buen camino, no se percató que algunos de sus “colegas” le daban la espalda, como se dice comúnmente y trataban de sacarlo del camino, situación que lo llevó a tomar medidas extremas y en el gremio que pertenecía, eran literalmente extremas.

Horacio en su afán por mantenerse en el negocio trató en diferentes formas por continuar metido en este gremio, pero su baja calificación de hombre de mal, le limitó sacar buenos resultados en esta competencia, llevándolo a la quiebra, la soledad y la inoperancia profesional.

Una vez viéndose solo, sin respaldo económico y social, pero con amor propio y un poquito de ese valor humano que heredó de sus antecesores, tomó la decisión de recuperar su espacio en la vida, pero esta vez dispuesto a no cometer los errores del pasado y actuar con equidad, honestidad y amor por los propios y ajenos.

Horacio inició una gran carrera por su vida, luchó en forma incansable por mostrar sus méritos profesionales, sociales y de buen hombre, hasta que uno de sus amigos de infancia y de vida lo arropó y le dio la oportunidad de sacar adelante esta segunda oportunidad en la vida.

Horacio con el apoyo de su familia, hijos, hermanos y unos cuantos amigos cercanos, además de quienes lo conocían y confiaban en él, luchó durante un largo tiempo, pasando por dificultades de diferente tipo, por grandes torrenciales de maltrato social, pero estaba seguro que de esta forma volvería a sus inicios de buen hombre, trabajador y con ello conseguirlo no sólo su bienestar personal, social, sino que le entregaría a sus hijos lo mejor que le puede dar un buen padre, el orgullo de hacer las cosas bien.

Hoy después de muchos años de lucha, Horacio cuenta con el orgullo de sus hijos, con la sorpresa de la sociedad de ver un hombre que, desde las cenizas, como lo anunció la metáfora del ave Fénix, recupera no sólo su vida, sino acudiendo de los aprendizajes, reaprende a actuar con los valores que un día sus padres le enseñaron. 

Tenorio con esta historia, nos recuerda que:

Cualquier persona está expuesta a la posibilidad de experimentar algún suceso traumático a lo largo de su vida. No obstante, pese a todo el sufrimiento y dolor que lo acompaña, hay algo que podamos aprender al respecto, ya que se produce una total ruptura de toda la vida que hasta entonces tenía esa persona formada, lo cual supone un volver a empezar. Pero sabemos ¿en qué consiste este “volver a empezar”?

En época de postpandemia y vacunación, debemos mantener un buen comportamiento, tapabocas y cuidados para no contagiarnos, “la vida es Hoy”.

Quienes quieran leer los documentos escritos con anterioridad, remítanse al enlace https://www.elpereirano.com/search/label/%C3%93scar%20Vel%C3%A1squez%20Narv%C3%A1ez?m=1

ÓSCAR VELÁSQUEZ NARVÁEZ
Octubre 18 del 2021

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