CAFÉ

CAFÉ

Por Andrés García @andresgarciapei

Cuenta la leyenda que en el siglo VII en Etiopía un pastor llamado Kaldí observó cómo el rebaño de cabras que pastoreaba se mostraba nervioso, después de la ingesta de una extraña rama. Curioso por aquel hecho decidió recoger sus frutos y hojas y prepararse una infusión en casa. El sabor fue tan desagradable que arrojó aquella bebida con todo y frutos al fuego, pero el aroma expedido entonces por aquellos granos tostados fue tan atractivo que decidió prepararse una nueva infusión: el primer café del mundo.

Cuatro letras, dos sílabas o una palabra, el café es sin duda alguna en Colombia un enunciado que rebasa los límites de su escritura. Proveniente del término italiano Caffe, derivado del turco Kahve y este a su vez del árabe clásico Qahwah, que significa estimulante, la bebida nacional por excelencia encierra desde sus orígenes una magia especial que enamora con sus especiales encantos y propiedades a quien lo consume, brindando una experiencia única e inigualable. 

¿Qué mejor pretexto que un café para reencontrarse con los amigos, compartir en familia, en pareja, generar acercamiento, conocer de un proyecto, cerrar una negociación o, sencillamente, disfrutar de momentos increíbles que la vida nos brinda, como por ejemplo contemplar la naturaleza, el amanecer, un atardecer, leer un buen libro o simplemente estar?

Nuestra bebida nacional, con altos y bajos en la historia de su comercialización, ha generado una industria prolifera durante décadas, sustento para el ingreso diario de cientos de miles de familias, dándole además un muy buen nombre a Colombia en todas las latitudes del orbe. Café se escribe con “C” de Colombia. Ese mismo café ha apoyado a nuestros mejores deportistas, ha inspirado la literatura, las grandes producciones audiovisuales nacionales, así como historias y fábulas en el campo en el medio de las fincas que tienen por testigo al grano, propiciando la creación de una identidad nacional única en todo el mundo, cobijando bajo su buen nombre amplios territorios en el centro y occidente del país. El café y toda su cultura alrededor, bajo la lupa de la UNESCO, motivó hace 10 años la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano, PCCC, como patrimonio mundial de la humanidad, gracias a su valor universal excepcional.

Testimonio vivo de un pueblo honrado y trabajador, pujante y laborioso, el café es y seguirá siendo la bebida más importante del país; por consiguiente, promover su consumo local e impulsar desde el gobierno nacional políticas públicas favorables en torno a las buenas iniciativas que alrededor del mismo surjan, como los cafés especiales y sus derivados, bajo condiciones que incentiven su producción y exportación, - además de una cátedra en los colegios sobre su importancia en la vida nacional - garantizará su permanencia en el mercado y en nuestros hogares y por qué no la llegada de más y mejores momentos de encuentro fraterno en la actual y futuras generaciones, que bien merecen reunirse alrededor de una taza y disfrutar un buen sorbo. 

El café es más que un producto. El café es nuestra esencia como colombianos. Cuidarlo, generar mayor sentido de pertenencia en su más amplia concepción, es salvaguardar un símbolo patrio. (Los conceptos emitidos no comprometen a la RAP Eje Cafetero, entidad en la que me desempeño como Jefe de Relaciones y Comunicaciones).

Andrés García

Comentarios

Lo más leído esta semana